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Páginas | 286 |
Encuadernación | Tapa blanda |
La noción abstracta de masa es la favorita de los políticos, específica a los manipuladores de los sujetos, a quienes jamás les conferirían, en su estrategia obligada de dominación, ese estatuto.
Si no yerro, ni en las palabras de apertura ni en las de clausura del libro a cargo de Basilio Belliard se alude, como antecedente, a un acontecimiento similar, pero más abarcador, realizado en 1993 titulado Congreso Crítico de Literatura Dominicana y la publicación de sus ponencias (SD: De Colores, 1994) Estrategia borradora.
Sin saberlo, y sin necesidad de inscribirse, los sujetos del universo pertenecen al partido político del signo. Sus miembros se reconocen entre sí por su adhesión, consciente o inconsciente, a la teoría del signo. El lenguaje es una facultad humana de simbolización de lo real, pero ellos confunden el funcionamiento de los conceptos de lenguaje y lengua, palabra y discurso, ideología y valor, sujeto e individuo, ritmo y música, métrica o movimiento acuático y traducción y traición. Para ellos, el signo está radicalmente separado de los objetos a que alude. Inventado y surgido al mismo tiempo que los sujetos, el lenguaje es para ellos una donación divina o producto de una convención entre humanos, pero cuyo origen se descubrirá algún día.